
Cuando se perdona una ofensa, hay un mecanismo que libera el olvido de esa situaciòn. Asi, la persona queda liberada de un recuerdo amargo y eso le causa una sensacion de liberaciòn. Cuando se insiste en no perdonar, es como si se hubiera detenido el tiempo en un momento muy desagradable de ira sorda, de sufrimiento, angustia, dolor y sed de venganza. Esta sensaciòn es muy dañina para la salud fisica, mental y espiritual. Como puedes ver, sales ganando cuando perdonas.
Con el perdòn nunca pierdes
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