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Jul 21, 2015

16 años después

Años atrás, mucho antes del 99, no solamente yo era uno de los que cuestionaba la democracia. Me costaba creer como había tanto dinero y al mismo tiempo tan pocas oportunidades de hacer crecer un país. 
En mi adolescencia mi padres veían con asombro como pegaba en la pared de mi dormitorio un afiche del Che.
Iba a clases de Sociología, a la que en el primer año de mi carrera le habían cambiado el nombre a Ciencias Sociales de la Conducta, y comulgaba con las ideas allí plasmadas por el profesor de turno.
Para los de hoy, en aquella época era un "revolucionario".
Conmigo estudiaban sifrinos. Tan bien sifrinas. No entendía como me había tocado la lotería entonces de estudiar medicina entre tanto millonario.
Poco a poco iba asimilando la idea de lo complicado que sería para mis papas, además de mantenerme, comprarme libros de medicina.
Entonces en la vida te pasan esas ideas que vas como cocinando. Coño si estos tipos pueden, yo también.
Vino una devaluación. La de Herrera Campins. Yo entre tantos libros de medicina, no tenía ni puta idea de lo que una pasta dental me iba a costar el lunes siguiente después aquel viernes negro.
Y seguía pensando en esa revolución política que algún día tenía que tocarnos.
Es que con tanto petróleo era para tener la mejor escuela, universidad y hospital del mundo. Con lo mejor de todo: maestro, profesor o cirujano. Daba igual si eran extranjeros. Hay real y para pagarles en dólares a estos tipos, cueste lo que cueste pero el pueblo venezolano se merece lo mejor. Pa eso hay petróleo no?
Luego vino otra devaluación.
La de Caldera. Aunque ya Carlos Andres nos había ido devaluando también.
Con Caldera se fugaron banqueros y hasta gobernadores. Hubo rescates a la banca. Esa banca privada que te exprime con las tarjetas de crédito y las hipotecas. Bueno. A esa banca la recataron con mi dinero petrolero.
Yo mientras tanto, ya graduado, me iba haciendo hueco entre tanto coño é madre que me encontraba en la medicina privada. En la pública era peor. Uno al menos en la privada con real guardado entras. Pero en la pública, ni con las mejores referencias o el mejor CV te haces un hueco. Hicieron de los hospitales públicos una suerte de trinchera inviolable para el medico común.
Que si fui testigo del golpe de Chávez? Si.
Y también llegué a pensar que en algún momento mis fantasías se harían realidad.
Pero no ese tipo de fantasía de ir a hacer una cola para comprar papel sanitario.
No estoy en mi blog para que venga un chavista a hacerme creer lo contrario de lo que la realidad muestra.
Ya vi la cuenta de la hija de Chávez en un banco de Andorra con miles de millones de euros.
Palpar la miseria en un país lleno de petróleo hasta los tuétanos. Eso ya lo hice y con experiencia médica.
Lo que hoy me trae a escribir en todo caso no es regodearme en la cagada de un gobierno comandado por un colombiano. Lo que escribo lo hago para desahogar la tristeza de ver tanta inteligencia saliendo en estampida de Venezuela.
Un país lleno de gente capaz de hacer cambiar el rumbo de muchas cosas, hoy es gobernado, como si todo anduviésemos en un barco pirata y agarrando las sobras de un robo.
¿En qué parte de la historia hemos fallado? 
¿Podemos permitirnos el lujo de darle una gobernación o una silla de diputado de nuevo a el General eructante Acosta Carlés?
¿Hay en ese espacio llamado Venezuela alguna línea de entendimiento entre venezolanos sin distinción de raza, sexo o afiliación política?
Habiendo tanto dinero para repartir de forma equitativa ¿Para qué robar entonces?
¿Para qué trampear unas elecciones?
Tener un país partido en pedazos no es suficiente?
¿Donde está la parte sádica del asunto que provoca esa excitación?
Coño pana que son 16 años llevando coñazos y no se los llevan ni los sifrinos ni las sifrinas que conocí en la facultad!

1 comment:

Vivien said...

Bueno Ramón, hoy es que estoy viendo est articulo? ensayo? tuyo. Al igual que tu me encontre con una gran cantidad de sifrinos en la Escuela de Medicina, para mi no fué tan asombroso el verme allí ya que, aunque nom lo creas soy y fuí fajpna en mi bachillerato para poder tenr las ntas necesarias para estudiar en la UCV la carrera que quisiera. Soy médco porque mi mamá es enfermera y me la pasaba en el Periferico de Cochje con ella en el Bco de Sangre. Y mi papa militar me llamaba cabeza caliente porque en Sebucan al igual que tú, se me llenó de Materialismo Historico dialectico y hasta me gané una beca para estuiar medicina en Rusia, por ser menor de edad mi padre no lo autorizó. Si creo en una repartición social de los ingresos de un país y aprendi en filosofía que el mejor socialismo es un capitalismo bien administrado. Pero tu eres parte de esas inteligencias fugadas, huídas, que da dolor ver aejarse, al igual que mis amigos que se están marchando. Aqui nos quedamos algunos, hasta cuando? No sé. Esta es mi querencia, aqui está mi arraigo. Mi hogar.