Ya han pasado muchos años y no logro aprender nada de la vida. No se como coño no he puesto la cagada mas grande de lo que realmente debiera. A veces siento que la mierda que me rodea en el trabajo no es suficiente y que debería entonces recibir mas y mas mierda hasta el punto de asfixiarme.
Recibo reclamos sin estar preparado para responder.
Sabiendo lo mierda que pueden llegar a ser los seres humanos, todavía no logro entender como es que sigo dejando cabos sueltos.
Vivir bajo el estigma de que te pueden destruir en un momento dado es realmente patético.
Y tampoco logro conectar con mi ser superior ya que me entran ganas de ver gente vuelta mierda. Y en el fondo me sentiría hasta feliz de verlos.
Por mucho que intente darme cuenta de si me están haciendo un favor,no logro captar esa sensación.
Por mucho que asista el encuentro para recibir advertencias, no logro calmar mi ímpetu de destrucción.
Es como si deseara la varita mágica en el momento ideal para al menos una vez en la vida sentir la vibración de la victoria. Ademas merecida, porque lo que no se entiende es cómo coño hay pendejos que se dejan tragar el argumento de una caperucita roja a estas alturas de la vida y que ademas te reclamen y te pidan que ajustes tu conducta porque le estas amargando la vida a otros.
Resulta que esos "otros" han empezado la guerra subterránea desde hace tiempo contigo. Se cansan, o se agotan, o les da ladilla. O se arrepienten y no son capaces de asumir una actitud adulta y decir:-Bueno...esta bien que no se pelee mas.
Es todo lo contrario. Van de niñatos a buscar al superior para ver como hacen una enmendada de la cagada y si te la pueden echar a ti, mejor.
Increíble pero cierto.
Y bueno, así he vivido la mañana de hoy. Con ese desconcierto inaudito, inmerecido, injusto.
De paso no se si comenzar desde cero. Ya estoy un poco cansado para ello.
Una vez mas en manos de Dios y a mirar el horizonte, con la mirada perdida.
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